martes, 1 de octubre de 2013

MALO, PERO AJENO, SABE A BUENO


We are vain and we are blind
I hate people when they're not polite

Psycho Killer – Talking Heads

Se termina Breaking Bad y aparece una legión de blogueros reventando el final y haciendo comparaciones con otras series. Voy por curiosidad a IMDB para ver ciertos datos de la trama, el reparto y la producción y enredado en el azul, que diría mi amigo Bob, entro en varias listas  de series con distintos criterios de ordenación para identificar un hallazgo, que no es que sea comparable al de la penicilina, pero que da para un post.

Casi todas las listas, en una posición u otra, incluyen no solo a Breaking Bad, sino The Sopranos, Dexter, Hannibal, Game of thrones, House of Cards, The Walking Dead, Boardwalk Empire o The Wire. Hay más, pero esta muestra me vale para la aseveración: el mal vende. Existe un atractivo especial en los malvados que hace que los guionistas de talento de estas producciones trabajen con mimo perfiles como el de el Dr. Lecter, Tony Soprano, Dexter, Nucky Thompson o el congresista Underwood, poniendo en la coctelera una irresistible mezcla de narcisismo, capacidad maquiavélica y ausencia de empatía, sobre la base de una inteligencia fuera de lo común.   





Lejos quedan los tiempos del abuelito Capra y la rectitud del Atticus Finch de Matar a un Ruiseñor. Es difícil saber si esta irresistible atracción hacia al mal es una forma de prevención para facilitar su identificación o por el contrario existe una propuesta oculta y terrible que sugiere que si eres lo suficientemente listo, lo auténticamente cool es ser malote.

Atención a los preocupados por el valor moral de los contenidos: los adolescentes consumen en masa estas series, sin restricciones ni contraargumentos morales, ni referentes contrapuestos de similar atractivo, porque estos personajes son absolutamente seductores. A veces digo en algún desierto que parece mentira cómo los temarios escolares siguen incorporando comentarios de texto similares a los de mi bachillerato para generaciones cuyo principal proveedor de conocimiento es el audiovisual, consumido de manera intensiva sin ningún tipo de guía ni norma. Será que se les ha pasado en las distintas revisiones de planes de estudio.

Por mi parte confieso sentirme fascinado por estas mentes perversas, supongo que por lo que tienen de transgresores, de individuos con limitaciones morales atípicas y escasos escrúpulos que soportan su comportamiento, que sería anómalo en nuestra realidad pero es convincente y seductor en la ficción. Me temo que el filón va a seguir siendo explotado y en el mundo de la interpretación no serás nadie si no has hecho de malo alguna vez. Especialmente porque la mayor parte de las películas con “buenos”, ofrecen una alternativa de escaso interés, por relamida o por banal.



O sea que a seguir viendo series tan fantásticas como éstas, pero como los niños listos, que distinguen a mamá de la princesa con escasos segundos de diferencia.

Y me voy, que he dejado una disección a medias.

 

lunes, 9 de septiembre de 2013

TU A HELSINKI Y YO A CALIFORNIA. La vuelta del hijo prodigio.


Cantó cómo los aqueos,
 Saliendo del caballo y dejando la hueca emboscada,
 Asolaron la ciudad;
Cantó asimismo cómo,
 Dispersos unos por un lado y otros por otro,
 Iban devastando la excelsa urbe.
 
Homero, Odisea VIII, 490

En la Red hay un montón de consejos sobre películas útiles para analizar actividades empresariales y estilos de dirección pero no suele incluirse De repente un extraño ( Pacific Heights  - John Schlesinger  1990), una película inquietante que cuenta como un inquilino puede destrozar una propiedad arrendada y al mismo tiempo arruinar la vida de sus ingenuos caseros.



Me viene este film a la mente al conocer en apenas unos días, dos noticias y un rumor en torno a Microsoft. Las dos noticias son la dimisión de Steve Ballmer como máximo ejecutivo y la compra de Nokia móviles por parte del imperio de Redmond. El rumor es la posible elevación al Olimpo de Stephen Elop, jefazo de Nokia y antiguo ejecutivo de la cuadra de Gates, que no solo vuelve a casa sino que suena como capo di tutti capi para suceder a su tocayo Ballmer.
Uno no es proclive a las teorías conspiratorias en la vida real (aunque conozco y he vivido episodios que lo contradicen), pero no es frecuente encontrar anécdotas públicas que son mejores que algunos guiones de ficción.
Mr. Elop ha sido el baranda de la empresa finlandesa mientras sus acciones entraban en caída libre, que no digo yo que sea por su gestión, pero ya es coincidencia. Una parte de su trabajo interino ha sido tejer pactos y alianzas con sus antiguos colegas, lo que ha terminado con esta venta-fusión a unos precios que habrían sido inimaginables hace pocos años, cuando Nokia representaba la mayor parte del PIB finlandés y la práctica totalidad de su mercado de valores. Y ahora, sus nuevos/viejos patrones le pueden recompensar por el deterioro con el control absoluto de la nueva Microsoft/Nokia (¿subsistirá la marca?).

  

Cierto es que el liderazgo de los fabricantes de terminales móviles se ha mostrado efímero. No parece fácil conciliar las ingentes inversiones en I+D con las veleidades del consumidor y las presiones de las operadoras para poder proporcionar terminales bonificados en su búsqueda de cuotas. De hecho, he tenido en el pasado aparatos de Motorola, Ericsson y la propia Nokia, que ahora son marcas casi amortizadas en este juego, que parece de alto riesgo. Y sobre esta circunstancia parece que debería de abundarse en el análisis, pero la tentación del folletín es tan atractiva…
Enrique Dans parece haberlo interpretado de manera similar y lo documenta con la intención a la que nos tiene acostumbrados.
Recomiendo efusivamente a mis amigos que trabajan la ficción que sigan el desenlace del culebrón, porque aquí hay una historia fantástica para recrear.
TTTT
    


Petición a las majors: por favor, no excluyan del casting a Kevin Spacey, cuya gestualidad facial será determinante para el éxito de la producción.

jueves, 29 de agosto de 2013

LA NUEVA VOZ DE GARGANTA PROFUNDA. O como Mr. Bezos fue a Washington




Ah, but I was so much older then.
I'm younger than that now.
My Back Pages – Bob Dylan
Mientras discurría ese verano en el que los becarios de las redacciones reciclaban material sobre la ola de calor y los incendios, las vacaciones de cierta familia en Mallorca o el aniversario del suicidio de Marylin, en el resto del mundo seguían ocurriendo cosas. A principios de agosto, Jeff Bezos, fundador, presidente y principal accionista de Amazon, dedicaba una parte menor de su fortuna personal (250 MUSD) a comprar el Washington Post, ese periódico en el que nunca trabajaron Robert Redford y Dustin Hoffman.
Es muy difícil añadir cosas nuevas a todo lo escrito, que va desde las especulaciones gratuitas a la narración de lo obvio, pasando por los Jeremías contemporáneos que lloran por un mundo feliz, que siempre fue pasado (que es cuando ellos eran más jóvenes o les iba mejor). Pero no sería coherente que dejara sin comentar este hito que puede marcar muchas iniciativas futuras.

Me van a dejar que me remonte unos años atrás para citar un artículo tan seminal como premonitorio, escrito al alimón por Michael Porter y Victor Millar, y publicado en la Harvard Business Review del verano de 1985: How information gives you competitive advantage. Repásenlo, porque no tiene desperdicio. Y si aun tienen tiempo, busquen el Informe Nora-Minc de 1977, que ya emulaba a Verne con bastante acierto
Antes de Internet o de la telefonía móvil, ya estaba claro que la tecnología modifica la manera de competir y proporciona ventajas apreciables y duraderas a los que saben integrarla en su modo de hacer, no solo reduciendo costes sino integrando la información como un valor añadido apreciable del producto/servicio.
Lo que la digitalización, internet y la telefonía móvil han venido a suponer en esta concepción, es un fenómeno de aceleración en un proceso que ya era imparable antes de que la mayor parte de los baby boomers percibieran las señales y empezaran a mover ficha. Si para muestra basta un botón, repasen La Red,  escrito por Juan Luis Cebrián en 1998. Un texto con atinadas reflexiones y premonitorios análisis, que no le sirvió al autor para abordar las reformas de supervivencia en el grupo que ahora preside.
Lo que Bezos/Amazon haga con el Washington Post lo dirá el tiempo, pero seguro que tendrá mucho que ver con aceptar el protagonismo de la Red en lugar del mantenimiento ludita del papel y la inevitable aceptación del cents by dollar que impone la distribución digital masiva – los millones de usuarios del Kindle están a su alcance. Les recomiendo que lean la carta del propio Bezos a los empleados del WP a propósito de la adquisición (atención al cuarto párrafo).
Ya conocíamos la historia de compañías que se integran hacia atrás, sustituyendo o complementando a sus proveedores en entornos próximos como HBO o Netflix convirtiéndose en productoras. ¿No es este un movimiento equivalente?
Mientras tanto, no encuentro a casi nadie que explore lo que de valioso deben de tener las televisiones y radios comerciales para aprender de sus modelos de negocio. Llevan décadas existiendo gracias a los ingresos publicitarios, con sus vaivenes coyunturales, pero intercambiando audiencias por dinero con resultados sostenibles. No estaría mal que algunos de los que claman por la inviabilidad de sus negocios on line aprendieran algo de este triangulo virtuoso anunciante-medio-audiencia, más allá de lo trivial.
Buena rentrée.


jueves, 18 de julio de 2013

EL SUEÑO DE LOS GATOS. Una ficción de R. Hastings





Well, opinions are like assholes. Everybody has one.

Harry Callahan (Clint Eastwood) – The Dead Pool (1988)

 
En el otoño de 2010, hace menos de tres años, escribía en la revista de la Academia de Televisión un artículo titulado El difunto goza de buena salud.
 
La tesis principal mantenida en el artículo era la del mantenimiento del consumo tradicional de televisión de manera simultánea con la aparición de nuevas formas de consumo, sin que las nuevas ventanas fueran a suponer la liquidación inmediata del broadcasting, tan eficiente en la transmisión a gran escala. 
No tengo ninguna duda del proceso de convergencia, ni de la importancia de los nuevos actores en este proceso de transformación cuyo eje principal son las nuevas tecnologías de telecomunicaciones acompañadas de la variedad y ubicuidad de dispositivos, pero aún veo indicadores que sugieren la relativa importancia de la ventana tradicional con una serie de cambios en curso en los hábitos y comportamientos, que se manifiestan de manera progresiva, sin rupturas, con una evidente convivencia entre distintos tipos de consumo y consumidores y que yo caracterizo con cinco vectores:



Estos últimos días, he leído una noticia relativa a un estudio realizado en Canadá, según el cual, en ese país ya existe un 16% de usuarios que admiten que su consumo de contenidos audiovisuales es únicamente a través de la Red. El estudio ratifica la intuición de que el fenómeno se agudiza en los individuos más jóvenes y tiene menor relevancia en las personas de más de 45 años. Pero se mantiene un significativo 35% de consumo único en la manera tradicional y se señala la calidad de la señal como una de las razones de elegir esta opción. Información que encaja perfectamente con los máximos de consumo de televisión registrados en los últimos meses.
No parece que tenga que arrepentirme mucho de mis palabras pasadas, aunque tal vez los tiempos van a moverse a una velocidad distinta (algo más despacio de lo que profetizan los geeks y bastante más deprisa de lo que parecen entender ciertos ejecutivos de la industria), a pesar de las profecías de Reed Hastings en su reciente manifiesto de esta primavera, que tantos ríos de tinta ha hecho correr.




En mi opinión, la visión del CEO de Netflix, tiene un sesgo interesado que parece resumirse en un corolario único: “El futuro del consumo audiovisual es totalmente OTT y Netflix es monarca absoluto de ese mundo”. Lógico, si se tiene en cuenta que el pronunciamiento esta hecho desde la pagina de Netflix para los inversores, aunque me permito señalar que ninguno de los diez puntos iniciales del documento está apoyado por ninguna clase de dato numérico o indicador.
Entiendo la necesidad de Hastings por expresar visiones inspiradoras que ayuden al crecimiento de su valor, pero al igual que él tiene sus opiniones yo tengo las mías y, a pesar de lo mucho que admiro el proyecto Netflix, no estoy de acuerdo con la totalidad de su discurso, por los siguientes contra argumentos:
  1. Aunque el acceso a Internet crece implacablemente, una parte significativa de las conexiones no reúnen la calidad necesaria para una experiencia satisfactoria de video HD.
  2. Es cierto que en ocho o diez años casi se habrá reemplazado el parque de televisores por Smart TVs, pero no es menos cierto que la mayor parte de las adquiridas en los dos últimos años no han sido conectadas a la Red.
  3. Los adaptadores IP para TV son cada vez más económicos y mejores, pero ya hemos visto con los STB de adaptación a la TDT que la disponibilidad de los dispositivos no es la única barrera de acceso para determinados grupos de usuarios poco o nada sofisticados tecnológicamente.
  4. Aumenta el visionado de contenidos a través de tabletas y móviles, pero casi nunca en concurrencia con el televisor principal, sino más bien como complemento de este o sustituto ocasional.
  5. El mando a distancia será complementado por tabletas y móviles, pero el proceso no será de sustitución y el asentamiento del hábito en los canales seleccionados con un solo digito mantendrá a los actuales broadcasters como actores de referencia durante algunos años más.
  6. Aunque las aplicaciones para IPTV son cada vez mejores, su proliferación convertirá la selección de las adecuadas (una vez conectado el televisor) en una tarea cuyos efectos están por ver.
  7. La Ultra Alta Definición a través de Internet requiere conexiones más rápidas y eficientes….y equipos de usuario preparados para disfrutarla, aún no disponibles.
  8. La publicidad utilizará de manera más eficiente los efectos cruzados y la personalización pero seguirá teniendo una especial importancia el impacto grueso de los GRPs.
  9. Los broadcasters se adaptarán a la nueva demanda mediante una conversión paulatina de su modelo de negocio, integrando todas las innovaciones que mejoren su eficiencia y defendiendo con uñas y dientes el territorio ante los nuevos entrantes.
  10. La capacidad para innovar no es una cualidad exclusiva de los nuevos entrantes como Netflix. Y aunque lo fuera, una forma alternativa de dotarse de esa innovación para los actores tradicionales del mercado es la adquisición de compañías emergentes con proyectos innovadores de éxito.
Y si para muestra basta un botón, nada como la noticia de que tres clásicos como Disney, la Fox y la Universal han decidido reforzar con 750 millones de dólares su apuesta por Hulu, su atractiva oferta conjunta de catch-up TV trufada con video OTT. Nada de rendición. Guerra a Netflix para recoger los restos del cord cutting.
En las siguientes jugadas veremos integraciones hacia delante de las majors (para no quedar en manos de distribuidores no vinculados), hacia atrás de Netflix y sus pares (ya ha producido House of Cards, replicando adaptativamente lo que anteriormente hizo HBO) y toda suerte de alianzas y concentraciones entre productores y distribuidores de contenido con ISPs, carriers y gigantes como Apple, Google o Microsoft. Un ecosistema que se hará cada vez más complejo e intensivo no solo en capital sino en talento e innovación, con una necesaria  y urgente revisión de algunos meta-dogmas de la industria y con fronteras más flexibles y permeables entre las plataformas y las ventanas de distribución.
Todo el mundo quiere entrar en mi salón, Mr. Hastings. Haga cola para sacar la entrada.

jueves, 4 de julio de 2013

SEMANA DE EXÁMENES. ¿Estamos aprendiendo algo?


Why do birds suddenly appear?
Close to you – Hal David 

 

Aunque inicialmente me había propuesto no incluir posts excesivamente vinculados a la actualidad urgente, hoy voy a hacer una excepción provocada por una coincidencia singular. 

La final de MasterChef del martes pasado y la presentación del trabajo de mis alumnos del Master MeDEA de la Carlos III ante el tribunal examinador han tenido lugar con menos de 20 horas de diferencia y en ambas hay un concepto que las vincula y al que hoy me referiré de manera muy preliminar, porque dará para mucho más: la TV Social.
 
 
 
MasterChef ha sido un programa no especialmente innovador, con un formato franquiciado por la BBC, que ha ido de menos a más en el share semana a semana, hasta las cifras record de la final con un 33% ( y un minuto de oro con más de un 47%) en estos tiempos donde es tan caro el doble digito. Además de su evidente éxito, con un equilibrio más que digno entre el producto bien hecho y el impacto popular, que otros analizarán mucho mejor que yo, ha contribuido a avivar las discusiones sobre el modelo de patrocinio de TVE, a pesar de provenir de otra televisión pública (NB: tal vez la discusión no habría sobrevenido con datos más modestos de audiencia, pero eso es otra historia).

Lo que hoy quiero subrayar es el magnífico trabajo que, en mi opinión, ha hecho el equipo de Medios Interactivos de RTVE, reforzando e incrementando la vinculación del espectador a través de las redifusiones y la segunda pantalla. Hasta hoy, el fenómeno emergente de los smartphone y tabletas de uso simultaneo a la emisión en la pantalla principal tenía un carácter casi testimonial y no siempre había una correlación entre la audiencia medida y el ruido de las redes. De hecho, era fácil inducir la importancia que existía en esa leve correlación de acuerdo con la franja de edad del público objetivo: más jóvenes, más ruido en redes, aunque no siempre más audiencia comercial.

Con MasterChef se ha marcado un record de participación en las redes. Casi un cuarto de millón de comentarios con más de 110.000 personas participando en el intercambio durante la emisión de la final.
 
Para mí resulta evidente que aunque esta no sea la única razón del éxito, la vinculación emocional de los espectadores y su participación han tenido un protagonismo crucial en el resultado final y abren la necesidad urgente de que los actores del audiovisual reconozcan de verdad la importancia del nuevo fenómeno, que no es tanto la de los televisores conectados (que aún no suponen una cifra crítica, e incluso no están conectados a pesar de ofrecer la posibilidad técnica) como la de el ESPECTADOR CONECTADO con diversos dispositivos y simultaneando actividades. Ese sí es un fenómeno del que ya no nos podemos desentender y al que hay que encontrarle métricas válidas como inteligentemente reclamaba hace pocos día Pablo Romero de Yomvi .
 
La segunda pantalla utilizada de manera inteligente refuerza el vínculo emocional de los espectadores con la emisión, la lealtad al programa y a la marca y estimula no solo la participación sino la compartición, con lo que tiene de valor de prescripción para la captación de audiencias adicionales. 

Los anunciantes ya andan sobre la pista de este nuevo comportamiento y los analistas avanzan en la comprensión del fenómeno ( ver documento Havas Media ). 

Yo pienso seguir muy de cerca este asunto, y mis chicas/chicos (Belén, Elena, Azeddine, Ismael, Orestes y Xavi) lo han entendido tan bien, que su proyecto POPAPP ha merecido la nota máxima.
 

miércoles, 26 de junio de 2013

EL ESPECTRO DEMEDIADO (y III). ¿Quid prodest?


"When a true genius appears in the world, you may know him by
this sign, that the dunces are all in confederacy against him". 

A Confederacy of Dunces - John Kennedy Toole 

Los dos posts anteriores dedicados al dividendo digital parecen incompletos sin intentar encontrar una razón para justificar el singular escenario que se ha configurado.
Un repaso de los principales actores podría ayudar en esta identificación con el clásico método policiaco de descartar a uno o varios potenciales beneficiarios y a partir de ahí, deducir un posible móvil (sin segunda intención).
Los operadores de LTE podrían ser los principales sospechosos, pero un conocimiento apenas superficial de sus actuaciones, permite concluir que aunque ganaron y pagaron por el uso del espectro, la situación económica general, la escasez y coste de terminales adecuados y las experiencias ya existentes en otras latitudes no les urgen a ningún adelanto sobre la fecha inicialmente comprometida del 1 de enero de 2015, como muy bien ilustraba Santiago Campos, Director General de UTECA, en un reciente artículo de Expansión titulado Los ritmos del 4G.


Los radiodifusores de televisión, tal vez. Aunque no es menos cierto que TVE y las autonómicas bastante tienen con su dimensionamiento y las dificultades de encontrar financiación pública en la actual gymkana de recortes. Y las televisiones comerciales, a las que dedique el anterior post de esta serie, siguen en su cortoplacista batalla por robarse el share entre ellas y a las públicas para repartirse la menguante tarta publicitaria ignorando de facto la creciente importancia de los consumos audiovisuales alternativos que un escrupuloso análisis porteriano no debería haber pasado por alto (tal vez no lo hayan hecho, pero actúan como si no les importara). A ellos les vendría mejor más espectro, para pasarse cuanto antes a HD y poder seguir en la competición.
Podrían ser operadores alternativos de cable/satélite o televisiones de pago, pero la historia reciente muestra que en España ha sido una misión imposible romper la barrera del 25% para esas formas de consumo y no creo que este trajín vaya a cambiar eso.
La industria y los instaladores, no pueden ser, porque cualquier pozo de agua es percibido como un oasis en un desierto de obra nueva y actuaciones, y no está la situación como para despreciar una oportunidad por reducido que sea el caudal del chorro.
Desde luego los espectadores no son. La AUC, en un reciente comunicado, pedía al Gobierno el mantenimiento de la actual oferta de televisión en abierto. El ciudadano medio se rascó el bolsillo para tener TDT y difícilmente entenderá un recorte de la oferta disponible.
Nos queda la Administración, que a pesar de haber inquietado a todos los demás con este sí es no es de la segunda transición con la ayuda de la sentencia del Tribunal Supremo y el mantra de la reducción de costes, se metería en un jardín de considerables proporciones y costosísimo resultado final si mantiene el sostenella y no enmendalla.
No hay mayordomo y se me han acabado los sospechosos. ¿Y si todo fuera consecuencia de un delirio?

jueves, 20 de junio de 2013

SOPRANOS 86. Despidiendo a James Gandolfini

"I bet it’s like cutting to black"

Bobby Soprano


En la última secuencia del episodio 86 de The Sopranos, “Made in America”, parecía deducirse que Tony Soprano era asesinado, cerrando así la saga.  

Los elementos que forman la composición recogen en poco más de cuatro minutos y medio una parte del ecosistema creado por David Chase, que dirigió y escribió el guión de esta última entrega. 

The Sopranos es una serie de televisión para HBO, en donde se emitió desde el 10 de enero de 1999 hasta el 10 de junio de 2007, distribuida en 86 episodios agrupados en seis temporadas. En España, Canal+ emitió las seis temporadas y la Sexta lo hizo parcialmente en abierto.
 






Producida con criterios de alta calidad (aproximadamente dos millones de dólares por episodio) y respondida con un gran éxito: 21 Premios Emmy y 5 Globos de Oro, además del favor de la crítica y el público, es una de las principales muestras de esta edad de oro de las series de televisión, con el record vigente de mayor audiencia de HBO, 14,4 millones de espectadores en su quinta temporada.

La acción se sitúa en New Jersey y la trama gira en torno al mafioso Tony Soprano y las dificultades que para él representa la conciliación de su papel como cabeza de familia con su actividad como capo de su territorio.

La familia de Tony es el paradigma de lo disfuncional. La relación con su mujer Carmela es difícil y su madre, viuda del antiguo jefe de la familia Soprano, no es una abuelita típica. El entorno lo completan dos hijos adolescentes, un indisciplinado Anthony Jr. y Meadow, una universitaria que prácticamente no se habla con su padre.

Esta situación familiar se añade al estrés permanente derivado de su singular trabajo y de las relaciones con su otra familia y colegas.

La presión que le provoca a Tony intentar conciliar estas dos vidas y los ataques de ansiedad que sufre, le llevan a la consulta de la psicoanalista, en un acto de vulnerabilidad, ya que este tipo de terapia no es la clase de información que alguien que se mueve en su habitual círculo pueda compartir.

Esta doble perspectiva se plantea en escenarios recurrentes, con personajes que entran y salen en la acción con una singular mezcla de violencia, traiciones y muerte entremezcladas con situaciones cotidianas y un distante sentido del humor, aderezado con una ecléctica pero soberbia banda sonora.

En toda la serie hay una suerte de fatalismo, donde se subraya el carácter efímero de casi todo. “La vida es una gran nada”, le advierte Livia Soprano a su nieto Tony Jr., y en una conversación entre Tony Soprano y su cuñado Bobby del penúltimo episodio (en que Bobby es asesinado) se decía, hablando de la muerte: “Apuesto a que es como si todo se volviese negro”.

Al contrario que otros clásicos de gansters, más orientados hacia la obsesión por el poder y las tretas y mezquindades articuladas para conseguirlo y mantenerlo, Tony Soprano representa otro de los arquetipos clásicos del drama, el desdoblamiento, cuyo paradigma más conocido es la dualidad Jekyll/Hyde de Stevenson, un médico obsesionado con la naturaleza dual del alma, cuyos experimentos le llevan a la creación de un alter ego, compendio de todos los aspectos negativos de su personalidad simbolizados por una deformación monstruosa.

En realidad es esa dualidad la que lleva a Tony a la consulta de la psicoanalista. Su lado Jekyll, domestico, amable, preocupado por su relación con su familia y el futuro de sus hijos, convive con un lado salvajemente cruel, reflejado en múltiples secuencias de la serie con escenas violentas de enorme dureza, como parte de las rutinas esperadas de un capo para ser merecedor de su posición. Al igual que en el clásico de Stevenson, Tony sabe que no puede escapar de su destino, que en su negocio no es habitual morir anciano en la cama. En este carácter dual y consciente de Tony es donde puede encontrarse la esencia del personaje y el reto interpretativo al que James Gandolfini respondió con creces.

El corte final recoge la presencia de varios de los actores protagonistas y claras referencias a situaciones de las tramas precedentes, así como guiños a películas del género, incluyendo la visita al lavabo de Michael Corleone. Al mismo tiempo, la manera en la que se muestran puede dar lugar a una interpretación abierta (e incluso a una secuela, que ahora ya sabemos que no se hará) lo cual ha propiciado multitud de explicaciones más o menos especulativas de este final.

La secuencia sugiere que estábamos viendo la realidad “con los ojos de Tony” y el fundido a negro y la interrupción brusca de la música indican que Tony ya no puede ver más. No es fácil precisar si es una licencia onírica en la que Tony, muerto o moribundo, recrea como su mayor ilusión una velada familiar con una comida agradable subrayando su lado amable y la distancia que desea entre ese mundo y la cruel guerra con el clan de New York, en la que debe poner en juego su parte Hyde, aunque con perfecta conciencia de que participa de un  mundo del que no es fácil salir vivo.

La recurrente alusión a la tercera oportunidad (Carmela llega con la tercera campanilla, Meadow aparca a la tercera, la campanilla de la puerta suena tres veces) coinciden con que este sería el tercer intento de asesinar a Tony, que ha salido de su escondite a pesar del riesgo evidente y conocido del que advierten las muertes recientes de sus compinches.

El único freno posible de los crímenes de Hyde es la autoinmolación de Jekyll. Tony acude a su final fatal aceptándolo como parte de su oficio. La salida para cenar con su familia y al tiempo ser cazado por el sicario de su adversario no es más que la puesta en escena de su inevitable destino. 

James Gandolfini  deja tras de sí una larga e interesante filmografía, pero siempre será Tony Soprano. No se me ocurre mejor manera de despedirle, que este fundido a negro. Descanse en paz.